NUESTRA HISTORIA
Los primeros intentos por cristalizar la idea de una organización bomberil se remontan a 1870, cuando se organiza la primera brigada voluntaria de extinción de incendios, determinada a hacerle frente a las constantes conflagraciones de la época. No obstante, los estragos del fuego se inician en el período colonial, pues el primer incendio ocurre en el año 1539 y se registran otros de gran magnitud en 1575 y 1644.
La historia da cuenta que el 28 de enero de 1671, la ciudad cae ante los ataques despiadados del pirata Morgan. Acorralado el gobernador, decide incendiar los polvorines evitando con esto entregar la ciudad en condiciones favorables al invasor inglés.
Foto: Museo del Bombero Panamá
Con la movilización en el año de 1673 de la nueva ciudad a las faldas del cerro Ancón, se construyen nuevas edificaciones que indudablemente quedaban a merced de incendios imprevistos.
Continuamente pequeños conatos infundían el pánico entre los ciudadanos que un 2 de febrero del año de 1737 reciben la devastadora inclemencia de lo que se conoce como el Fuego Grande. Tres cuartas partes de la ciudad desaparecieron.
En 1756, diecinueve años más tarde, en el llamado Fuego Chico para diferenciarlo del primero, nuevamente la ciudad es presa de las llamas. Los vestigios del Arco Chato son muestras palpables del hecho.
La inseguridad iba en aumento ante la frecuencia de incendios que era aún más notable y es así como en los inicios del año 1870, un grupo de emprendedores muchachos voluntarios organiza Panamá Nº1 como compañía de bomberos, adquiriendo con su formación equipo necesario, entre ellos, bombas tiradas por caballos.
El 5 de junio de 1870 se pone a prueba la nueva organización en el incendio del Hotel Aspinwall situado en la Avenida Central con resultados adversos, pues los carros no se adaptaron a la estrechez y malformación de las calles, aunado a la poca pericia e inexperiencia en los métodos de extinción.
En ese incendio se registraron pérdidas por más de medio millón de balboas y la desintegración total de la compañía Panamá Nº1. Sin embargo, la llama de la voluntad y el esfuerzo de los bomberos no se extinguieron.
Hubo intentos varios por darle forma una vez más al cuerpo de bomberos. Es así como los anales históricos registran que en 1880 la maquinaria dispuesta en la Compañía del Canal Francés incluía bombas movidas por fuerza humana, las cuales en su momento podrían utilizarse como equipo de extinción.
El 25 de diciembre de 1886 se registra el incendio en la calle del Agua, hoy calle 14 oeste, y al año siguiente, en la calle del Platanal, hoy calle 15 oeste en plena ciudad.
Ante estos hecho Tomás Herrera, Prefecto de la Provincia de Panamá designa a Ricardo Arango y Rodolfo Halstead para la organización urgente del Cuerpo de Voluntarios de los bomberos. Ambos poseían la experiencia de un Cuerpo e Bomberos en Guayaquil, Ecuador y por ende, promovieron las gestiones de planificación y estructura de la nueva organización.
Se promovió la adquisición, desde Londres de dos bombas de extinción confeccionadas en la Casa Merrywether, las cuales fueron bautizadas como Internacional Nº1 y China Nº2.
El día 18 de noviembre de 1887 se registra un momento histórico. En el Salón de Recibo del Hotel Central, se redacta el Acta de Fundación del Cuerpo de Bomberos de Panamá, estableciéndose como fecha de fundación el 28 de noviembre del mismo año, para que coincidiese con las celebraciones patrias.
Como era de esperarse, le correspondió a Ricardo Arango asumir el cargo de jefe del cuerpo, con el respaldo de un grupo de selectos ciudadanos que brindaron su confianza y total devoción a la floreciente institución.
Se conformó entonces la Brigada con las Secciones de Bomba Internacional y China, de Mangueras, una de Salvadores y una Columna de Hacheros.
Los integrantes de esta Brigada de Bomberos fueron uniformados con la adopción del pantalón blanco, la casaca roja con el número en el pecho y el casco blanco al estilo colonial francés.
El 3 de junio de 1888 se desata la furia de un incendio en el Hotel Roma, ubicado en la calle de Las Damas, hoy calle Colón y calle 14 este. Las llamas avanzaron por el aviso tardío a la estación, cuyos integrantes al acudir al siniestro perdieron momentos valiosos, pero por su entereza y valor hicieron la diferencia y lograron extinguir el fuego.
A pesar de esa actuación valiosa, el Cuerpo de Bomberos se disuelve por razones diversas, entre las que se citan: la falta de recursos apropiados, la disposición de bombas manuales y de poca potencia, la poca colaboración del público, la indiferencia del comercio y, sobre todo, la difícil situación por la que atravesaba el istmo como departamento olvidado de la Gran Colombia.
Pero una vez cual Ave Fénix, renace el interés por mantener vivo el Cuerpo de Bomberos de Panamá. Juan Antonio Guizado, secundado por Pedro Bergerie y Florencio Arosemena, promueve las colectas que lograron la compra de nuevos equipos y uniformes y para el 28 de noviembre de 1889 se organiza y reestructura la Estación Panamá Nº1 bajo la dirección de Florencio Arosemena. En esta oportunidad se retoman las riendas y se aumenta el status en el orden social. Al año siguiente, se instala el servicio de turno.
Un elemento trascendental se registra el 14 de agosto de 1891 cuando se funda la prestigiosa Banda de Música del Cuerpo de Bombero de Panamá, “Panamá Número Uno”, por iniciativa de Juan Antonio Guizado.
El 15 de septiembre de 1898, se publica el primer órgano informativo, “El Bombero” bajo la dirección del teniente Darío Vallarino.
El 4 de octubre de 1898 se establece como guía de instrucción para operaciones de extinción el “Método de Enseñanza”; a cargo del subteniente Enrique Dumelé, aumentando con ello los conocimientos de los integrantes del grupo.
No obstante, llega la guerra a inicios de 1899 y se paralizan las actividades de los bomberos, pues los cuarteles fueron ocupados por los batallones, llegando a destruir con su usurpación documentación vital recabada hasta el momento sobre la historia de la institución.
Sus integrantes, cada quien con base a sus lineamientos políticos tomaron fusiles y formaron parte de la batalla pero una vez terminada la lucha y ante los constantes incendios como empujados por la Divina Providencia, los mismos hombres que empuñaron sus armas en bandos distintos, tomaron un 24 de mayo de 1903 hachas y mangueras para luchar contra el llamado incendio del Mercadito.
La perseverancia de Juan Antonio Guizado y Darío Vallarino lleva a formalizar las bases de la reestructuración de la institución dos días después de ocurrido el incendio.
Recae la dirección de esta nueva organización en la figura de David H. Brandon, quien asume la posición de Comandante Primer Jefe.
Sumada a la jefatura del Comandante Brandon, se establecen la Panamá Nº1, la Florencio Arosemena Nº2, la Compañía de Hacheros Guillermo Whitehorne Nº3, la Compañía Salvadores Ricardo Arango Nº4, la Sección Auxiliar perteneciente a la Panamá Nº1 y el Servicio de Ambulancia.
Ya a estas alturas se logran aportaciones por parte del Gobierno y el sector comercial que comienza a convencerse de la necesidad de contar con una institución que vele por los intereses de toda la población.
En la escena histórica surge otro hecho importante. Las negociaciones con Estados Unidos para la ejecución del tratado del Canal de Panamá. ¿Por qué?. Porque ello implicaba el acondicionamiento óptimo de la ciudad en cuanto a sanidad y alcantarillados. Eso se logra el 4 de julio de 1905 con la inauguración en la Plaza de la Catedral del sistema de hidrantes.
Sin embargo, el 12 de enero de 1906 ocurre un incendio en el conocido sector de Malambo que fue extinguido con métodos tradicionales de bombas conectadas a los “aljibes”; dispuestos en la ciudad para con ello contener el evento desatado.
Posterior a este evento, el Servicio de la Guardia Permanente inicia el 1º de mayo de 1909 como brazo principal de la estructura. El recorrido de los antiguos gallos a empuje humano por las calles empedradas fue suplantado con el bautizo del primer vehículo de extinción importado, la Knox, el 21 de enero de 1912. Tal adquisición alivió el agotamiento físico de los hombres de casaca roja.
Ese mismo año, el 28 de noviembre se elige unánimemente a Don Juan Antonio Guizado como Comandante Primer Jefe, por su destacada y desinteresada labor.
Este insigne ciudadano dirigió la institución por un período de 38 años consecutivos. Su gestión se extendió hasta 1950, que le convierte en el Comandante con más años de servicio en la historia de los bomberos de Panamá.
En febrero de 1913, se instaló el moderno equipo de alarma conocido como “Sistema Automático Gamewell”. La colocación de timbres y campanas en puntos específicos desarrolló mayor eficacia y prontitud al acudir al llamado.
Se coordinó igualmente con la estación del acueducto aumentar la presión del agua automáticamente durante el incendio con el aviso de la alarma.
El llamado del deber recrudece las entrañas de la institución en la madrugada del 5 de mayo de 1914. En esa fecha se registra el incidente de El Polvorín.
Esta tragedia cobra su cuota de sangre al quitarles la vida a 6 valientes hombres, los bomberos: Félix Antonio Álvarez, Luis de Basach, Juan Bautista Beltrán, Luis Buitrago, Faustino Rueda y Alonso Teleche.
Este hecho también deja gravemente heridos a otros 10 bomberos, que fueron: el Comandante Darío Vallarino quien pierde una pierna; el Mayor Florencio Arosemena Icaza; el Capitán de La Guardia Permanente, Domingo Vásquez; el Capitán Ernesto Arosemena; el Sargento Zenón Ramírez Coco; el Sargento Francisco Díez, José Thompson, Antonio Jiménez, Juan Antonio Porras y Sergio Pérez.
MODIFICACIONES EN LA LEGISLACIÓN Y SUS EFECTOS
Por más de 30 años la Ley 48 de 1963 regía los destinos de los Cuerpos de Bomberos de la República, la cual fue modificada en diferentes periodos, siendo una de ellas la Ley 37 del 2005 que modifico solo un artículo para suprimir el 30% de los ingresos de las oficinas de seguridad a la Institución, sobre el manejo de los materiales explosivos y pirotécnicos para otorgarlo a la Policía Nacional.
En el año 1982 se vuelve a modificar la ley y crea una entidad llamada Consejo de Directores de Zona, conformada por los Comandantes de cada zona. Luego en 1992 sale el Decreto Ejecutivo N° 402 que crea una estructura llamada Comisión Administradora y Financiera (COADFI), adscrita a la Dirección General de los Cuerpos de Bomberos, encargada de supervisar los recursos económicos de las 11 instituciones bomberiles del país.
En 1995 comienzan a surgir problemas económicos, administrativos y de equipamiento en las instituciones de bomberos, como lo señalaron en su momento los bomberos de Puerto Armuelle, dando como resultado la baja y destitución del Director de la COADFI.
En el año 2000 se agravan los problemas de la institución, lo cual marca uno de los peores momentos de la entidad bomberil desde su fundación en 1887, cuyo espíritu fundamental siempre ha sido el de servir a los panameños con transparencia, entrega, solidaridad y sin manipulaciones políticas.
En el 2007, el Gobierno del Presidente Martín Torrijos recoge todos estos hechos como base para solicitar se modifique sustancialmente la Ley de Bomberos, con la intención de crear una estructura similar al de la Policía Nacional, sin embargo la misma no prospera en la Asamblea Nacional.
ENTRA EN VIGENCIA UNA NUEVA LEY
A finales del 2009, con la entrada del nuevo Gobierno, se retomó el tema de la Ley de los Bomberos, propiciando reuniones tripartitas (Voluntarios, Permanentes y Administrativos) con el objetivo de lograr un documento consensuado.
En el mes de marzo del 2010, se aprueba la nueva Ley (No 10 del 16 de marzo 2010), cuyo dos objetivos principales eran la creación de un mando unificado superior (Director y Sub Director) y un elemento fiscalizador (Patronato).
Durante la escogencia de los nuevos directores, el expresidente de la República, Ricardo Martinelli, a pesar de haberse reunido con los Jefes de las diferentes entidades de Bomberos del país, decide nombrar al Capitán, Pablo Tuñón como Director con rango de Coronel, y el Mayor Rodrigo Baruco, de Sub Director con Rango de Coronel, etapa que inicia el periodo transición de ser 11 Instituciones separadas para convertirse en una sola a nivel nacional.