MÁS ALLÁ DEL FUEGO: EL ROL DE LOS BOMBEROS EN LA PREVENCIÓN DE SUICIDIOS.

Las tentativas de suicidio son una manifestación extrema del sufrimiento de una persona que, debido a una serie de problemas emocionales y psicológicos, decide tomar medidas desesperadas para escapar de su dolor. Esta situación, que ha cobrado creciente relevancia en el mundo entero, está profundamente relacionada con la salud mental, un tema que afecta a millones de personas en todas las edades y condiciones sociales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 700,000 personas mueren cada año por suicidio, convirtiéndolo en una de las principales causas de muerte en el mundo.

El estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales son algunas de las principales razones por las cuales las personas llegan a considerar el suicidio como una salida. Las tentativas pueden manifestarse de diversas formas, como lanzarse desde grandes alturas, utilizar un arma de fuego, un arma blanca o incluso ahorcarse.

Ante este tipo de emergencias, el Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá cuenta con unidades especialmente capacitadas para intervenir en estos casos. Así lo explica el capitán David Carrera, jefe de la Oficina de Relaciones Laborales y Bienestar del Servidor Público:

«Es importante entender que la persona que intenta suicidarse no lo hace porque quiera morir, sino porque desea acabar con el sufrimiento que está experimentando. Por eso, nuestras unidades están entrenadas en técnicas específicas para abordar cada situación de manera efectiva, ya que cada caso es único. Las personas reaccionan y piensan de maneras diferentes», asegura Carrera.

Un aspecto fundamental es que ninguna tentativa de suicidio puede considerarse fácil de manejar, ya que estamos hablando de vidas humanas. La responsabilidad de salvaguardar la vida es primordial, sobre todo cuando se trata de menores de edad, cuya situación es aún más compleja.

De acuerdo a las estadísticas, la mayoría de las tentativas de suicidio involucran caídas desde alturas, seguidas por los ahorcamientos. Sin embargo, cada situación es diferente y todas requieren atención inmediata.

En el caso de las precipitaciones, los bomberos deben evaluar cuidadosamente el lugar, las condiciones y el espacio en que se encuentra la persona. La intervención se lleva a cabo mediante una negociación entre el suicida y el negociador, quien tiene el objetivo de ganarse la confianza de la persona en riesgo y persuadirla de desistir de su intención.

Es fundamental que los bomberos se identifiquen como miembros del Cuerpo de Bomberos y transmitan al individuo en crisis que están allí para ayudarle. La interacción con la persona es clave para lograr que desista de su intento.

La salud mental es una prioridad mundial que requiere atención integral, y es fundamental que sigamos trabajando juntos como sociedad para brindar el apoyo necesario a quienes lo necesiten. El Cuerpo de Bomberos de Panamá, más allá de su labor de extinción de incendios, juega un rol crucial en la protección de vidas humanas, especialmente en estos momentos de vulnerabilidad extrema.